Estoy en Madrid. Llegué hace dos semanas con la idea y esperanza de hacerme un hueco en el mundo laboral. Y sí, todo el mundo lo dice, está muy difícil. Poco trabajo, mucho paro, la crisis rondando por todos lados... Pero hay que intentarlo. Y parte de ese intento son las novedades, actualizaciones y mogollón de enlaces nuevos que habrás apreciado en este blog. Así que otra vida se abre. Una más para sumar a estas CientounVidas.Hace un año, por estas fechas, otra nueva experiencia comenzaba. Y así nacía este blog. Entonces, me encontraba en Miami. Había sido invitado por Bruno, un amigo que conocí en Sudáfrica. Y dos meses después aterrizaba, por segunda vez, en Salvador de Bahía.
Así que, gracias a que me lancé de golpe a Miami pude volver a vivir en tierras brasileiras. Pero no hubiese llegado hasta los Estados Unidos si no hubiera conocido, antes, a Bruno en Sudáfrica. Tampoco hubiera ido a Sudáfrica si no hubiera huído del frío de Inglaterra. Y mucho me temo que no hubiera volado a Inglaterra si, en mi primer viaje a Brasil, no me hubiera picado la vena viajera.
Por todo ello, por todo ese cúmulo de circustancias que te mecen por La Vida, conmemorando un año de CientounVidas y cuatro años, ya, de viajes, me dispongo a hacer una serie de capítulos de algo que nunca vio la luz y que merece la pena contar:
Coast to Coast (De Costa a Costa)
Un viaje alrededor de Sudáfrica en el que un madrileño, un coreano y uno de Andosilla, se recorrieron todo el país sudafricano, pasando por Swaziland y Mozambique, conociendo a gente de lo más variopinta y descubriendo lugares increibles.
Un viaje en el que también tuvieron que lidiar con todo tipo de ladrones, buscavidas y policía corrupta. Miles de kilómetros recorridos en su coche, un Volkswagen Fox, que, infelizmente, no regresaría con ellos.
Un viaje basado en hechos reales, que con pequeños tintes literarios y pertinentes toques de humor ocuparán las portadas de este blog.
Rememorando aquel viaje...
Aquí comienza Coast to Coast.
;)
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