No hace tanto que en esta tierra se vivió una guerra. Quizá... Vivir una guerra no sean los términos adecuados ya que una guerra no se vive, se muere.
Pero de aquella muerte hubo voces que sobrevivieron. Las acallaron durante mucho tiempo y ellas mismas se obligaron a olvidar. Quisieron olvidar tantas barbaridades, cosas que no tenían ningún sentido, que no podían ser reales, pero que, realmente, fueron cosas que marcaron sus vidas y de muchos otros sus muertes.
Todavía quedan algunas de aquellas voces que deberían ser más a menudo escuchadas. Sus palabras son los recuerdos de aquellas memorias que pretendían ser olvidadas. Yo quise preguntar a mi abuelo las historias que recordaba.
Él siempre vivió en Andosilla, Navarra. Los dueños de la guerra, aquellos de la retaguardia, esos a los que nunca se veía en las batallas, le mandaron al frente con el bando fascista. Él tenía 15 años, no entendía de rojos ni de azules ni de las armas que los separaban. Tampoco se explicaba por qué los de su bando tenían que matar a sus amigos y hermanos del pueblo de al lado.
Aquí os dejo un vídeo con sus palabras para que esta memoria viva nunca sea olvidada.
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